sábado, 25 de junio de 2011

Carta al fin.

Amor mío:

Tengo la certeza de estar enloqueciendo otra vez, no podremos soportar otra de estas terribles crisis y sé, que esta vez no me recuperaré. Empiezo a oír voces y no puedo concentrarme, por lo tanto, voy hacer lo mejor que puedo hacer.


Tú me has dado la mayor felicidad posible

haz sido todo lo que alguien puede ser para otro.

Sé que estoy destrozando tu vida,

y que sin mí,

podrías trabajar, y lo harás

lo sé.


Ni siquiera me expreso debidamente

lo que quiero decirte,

es que te debo toda la felicidad de mi vida,

has tenido una paciencia infinita

y, haz sido increíblemente bueno.

En mi ya no queda nada

salvo la certeza de tu bondad,

no puedo seguir arruinando tu vida

no creo que dos personas puedan ser más felices,

de lo que hemos sido nosotros.


Guardaré los años que compartimos, guardaré esos años, siempre, y el amor, siempre, y las horas.


Virginia.



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