viernes, 25 de noviembre de 2011

Paso.

Llegó y se fue

La sentí mía, frágil, interesante y hablaba muy bien. No se intimidaba al pulsar las letras, ni al pronunciar las palabras, era ella por vez primera, la que yo quería. La tuve conmigo cerca de dos horas, nada.

Ella y yo, teníamos ganas de tocarnos, de abrazarnos, y cuando dio el primer intento, volvieron los nervios que no sentía hace más de dos años. Me remeció completa, la sentía interesante y pensaba para mí "ojalá nunca se vaya". 

Nada más que sus ojos brillaban, su pelo era liso, su aroma me decía acércate y sus labios me pedían un beso. 
No paré de mirarle y sentir su nuevo aire, y me estremeció cuando me besó y pude sentir su aliento y su sabor a otro mundo, el de dos.


Llegó y se fue, pero sé que podrá volver.

martes, 16 de agosto de 2011

Como Dos.

Como si no bastara conmigo.

Me encontré a Uno.


Puedo intentarlo quinientas veces, pero no, me es difícil estar completamente sola, sin oír ruidos más que los míos, mientras como esa galleta de chocolate y tomo la bebida. Muevo mis piernas en el sofá y suena la suavidad, ¿la suavidad suena?¿cómo se escucha?, es sencillo, es como besar.

Introduzco la llave en la cerradura dando un paso al mundo, sí, porque el mundo está afuera (al menos eso dicen por ahí), miedo y tanto más como tomar la micro y sentirme oprimida por los lentes y los globos blancos de esas caras atentas a la nada. Sigo, el camino es de memoria, solo hay que caminar. El destino será nulo, más de lo mismo.

Pensaba que los días y las horas podrían ser monótonas hasta que les buscará una solución, desde entonces no era mi necesidad. Pasaron ya sabes, los años. De la vida solo hay un misterio grande pero concuerdo en otro más,cuánto durarán las cosas. Yo no te pedí, pero llegaste, algo así como las palomas llegan al pan, primero buscan, luego comen y se van. Eso precisamente ocurrió, volaste, me besaste y te fuiste, Uno. No supiste cuánto me dolió el haber tenido tan poco, compartiste conmigo solo una pluma, que luego perdí entre todas las demás. Se fue la piel de tus alas, y no interesa, porque el aroma y el aire sigue vivo acá, en el viento. Uno, yo aprendí a sentir que las cosas no son iguales, que no dan lo mismo, que debo sufrir mucho para tener algo, Uno mi vida, eso eres : la vida, que es igual al todo. Te debo el latir corazón y con eso...

Llegaste, desequilibrio al fin, ¡llegaste Uno! mi OTRO.





lunes, 27 de junio de 2011

Creo que es.

Desde ayer, Lunes, no logro equilibrar, no concibo el ideal de mi idea.

Te necesito, desde ayer, te he amado, desde siempre.

En mi cama arranco las sábanas como si el volumen de tu cuerpo apareciese, no es más que mi idea redundante de tenerte a cada paso y recorrido de mis deseos estúpidos. No eres tú, soy yo repetía Teodoro, soy yo, soy yo , es la locura, maldita mía. Te recuerdo como si los días no hubiesen pasado, como si la noche perdurará en el corazón de esta pobre anciana, no me dejas dormir, cantan tus gemido aún, aún en mí. 

Bien, en la memoria fluctúan las alusiones más destacadas de esta efímera relación. Mira que enredo, mientras pienso que te diviertes estoy aquí yo tirada, en mi cama ya te lo dije, haciendo una evocación de lo que hacíamos, no sé si llamarle amor. He sacado una conclusión, mira que soy vana. No se puede, es simple, no se puede hacer el amor, porque el amor perdura, si lo haces ¿de qué manera termina, así, derrepente? se vuelve a hacer me dijiste. Y termina y se vuelve a hacer.

¿Por qué son tan triviales?, no me siento anexa, solo que, ustedes son comunes, común en el sentido de lo orgánico, de los pensamientos naturales que dice que les pertenecen a la naturaleza, ya sabes, eso del hombre y la mujer. Comprendí en cierto minuto haber tenido la razón, mira otra conclusión: el hombre no hace el amor con la mujer, es deseo, a casi todas las mujeres les gusta el pico, y cuando sienten que van a terminar en la cama con su hombre, lo único que tienen en la mente es el pico. ¿Ahora ves por qué me siento diferente, anexa? porque cuando estaba yo en esa situación, lo único que pensaba era en amarte, ni siquiera en tocarte más, pensaba en los recuerdos de los dos, mientras me besabas pensaba cuando te conocí, cuando me tomaste la mano por primera vez y me llevaste al lago, me ahogué y me rescataste; pensé en la maravillosa persona que eras. Amor, ¿amor?, bueno sí, creo que puede serlo, no me gusta tu genital, solo me divertía con él. Eso es, diversión, anhelo, deseo, pero ¿amor?, mejor no, llamemos-le como te dije.

Desde ayer no puedo olvidarte, me haces sentir la peor, porque me haces desearte, y sé que no es amor, creo que es... sufrimiento.


Lo siento mucho.


Por Mar y Virginia.

sábado, 25 de junio de 2011

Carta al fin.

Amor mío:

Tengo la certeza de estar enloqueciendo otra vez, no podremos soportar otra de estas terribles crisis y sé, que esta vez no me recuperaré. Empiezo a oír voces y no puedo concentrarme, por lo tanto, voy hacer lo mejor que puedo hacer.


Tú me has dado la mayor felicidad posible

haz sido todo lo que alguien puede ser para otro.

Sé que estoy destrozando tu vida,

y que sin mí,

podrías trabajar, y lo harás

lo sé.


Ni siquiera me expreso debidamente

lo que quiero decirte,

es que te debo toda la felicidad de mi vida,

has tenido una paciencia infinita

y, haz sido increíblemente bueno.

En mi ya no queda nada

salvo la certeza de tu bondad,

no puedo seguir arruinando tu vida

no creo que dos personas puedan ser más felices,

de lo que hemos sido nosotros.


Guardaré los años que compartimos, guardaré esos años, siempre, y el amor, siempre, y las horas.


Virginia.



domingo, 12 de junio de 2011

Términos

He visto tanta tele, tanto programa, tanta película, tanto.
He leído tanto libro, tanto diario, tanto reportaje, tanta revista, tanto film, tanto.


Lloré en el momento menos indicado, era la hora de once, todo animado. Mi mami solía hacer algo rico, es especialista en la cocina, es ella la "mujer" decía, la que debe saber (como si fuera ley) en la cocina. Malo está, no sé ni hacer un queque. 

Era el último capítulo de la teleserie, no recuerdo cuál, pero la mujer huía con su amante en el caballo a pesar de todas las prohibiciones que existían para estar juntos, estúpido era, igual lloré. Quizás me habrán caído lágrimas porque simplemente se terminó, por la angustia de saber que no la darán jamás, era la costumbre de verla a las ocho de la noche, la cotidianidad se sentarme para tomar mi leche y estar expectante para que comience la serie luego. Nunca más podré vivir ese momento, fueron siete meses los que duró esa cinta, siete meses que, valieron más que nada, una emoción, una propiedad de aquello visual que ya no programarán nunca más. Y si fuera de nuevo, si la dieran de nuevo, ya no sería lo mismo, quizás la den de tarde, no estoy en casa. 

Me acostumbré, eso es, tantas películas que he visto en el cine y en la televisión por cable, con muchas he llorado, imaginado, familiarizado, emocionado, es complicado, y todo eso se perdió cuando aparecieron los famosos créditos. 

Películas---> "Créditos"
Libros---> "Fin"


Nos afirman las situaciones para parecernos verdaderos en la mente humana, no era la realidad, es lo más lamentable. Me siento afligida cuando terminan las cosas, en mi espacio temporal perdurarán, pero esa visibilidad concreta no podrá reproducirse de la manera tan cual fue. 

Me habitué.

Me acostumbré a verte, pero no a amarte.

Me acostumbré a ti mamá, como un feto, que cuando te perdí, pensé que había acabado mi vida en tu vientre. De pequeña jamás supe que precisamente tú, la amiga de mi madre, fuera mi progenitora. La muerte fue tu mejor defensa, preferiste mi vida que la tuya, preferiste al otro, y eso lo he inculcado en mí. Siempre te recordaré María, como la paz de mi vida, como el otro yo que me ve desde fuera, pero que vive muy dentro, eres el corazón, eres el alma mía, eres mi cuerpo y mis huesos, y fuiste la enfermedad. Te amo María, y si existe un para siempre, será que te amaré toda la vida.


En el nombre de la progenitora, de la madre, de la gran enfermedad, María.





sábado, 11 de junio de 2011

Niña Roja


“Amador sale de su cajón, camina cabizbajo por la ciudad de Santiago, detrás de él circulan personas a las que solo se les logra visualizar sus siluetas obscuras. Las personas apresuran su paso, y Amador, cada vez más lento en su caminar. Se sienta en una banca y todo a su alrededor obscurece de tristeza, se para y camina dirigiéndose a la pasarela que está arriba de él. Sube, mira la Luna que yace brillante en el cielo y de pronto e inesperadamente por debajo de él (lugar en el que se encontraba antes), pasa “la niña roja”, su niña por la que tanto ha llorado. En su desesperación por alcanzarla, se lanza desde las alturas, queda tirado allí, desarmado, la niña roja se va y no vuelve nunca más, mientras la gente santiaguina camina como si no hubiera presenciado nada. Amador se arma, y se cobija en su cajón.”

Valeska A.

Texto para Stop Motion, pasarela Huérfanos referencia.





miércoles, 8 de junio de 2011

El paro

De momento no pienso en más que esto, ¿qué es esto? que no pienso.

Falsedad.

Me detuve a recordar, como todos los días, en las imágenes de los momentos más felices, hace mal lo sé, pero vale resucitar el momento para sacar la basura. Me siento extraña, tan así, que me dio por ser psicópata del mundo humano.

Me hace sentir una mujer acertada, se equivocó nuevamente, volvió a los errores más estúpidos, la distancia se alarga. Extraña decía, tanto que observo sin mirar, tanto sé de usted que ni lo imagina, me lo dijeron sus ojos cuando abrí su cajón de secretos. Magdalena, mi virgen, mi madre, quién ha sido la inspiración de muchas oraciones, quien desde pequeña ha sido mi consejera de vida, me lo ha inculcado mi madre María. Religiosidad que no acaba, no termina de apartarse, María Magdalena yo te pinté, como lo hizo Mario, Logroño, don José de Ribera, Tiziano y muchos más. Yo te pinté, eres la libertad, eres el ave.

Muy lindo, en su nombre.

No me colgaré más de tus cabellos. Eres una falsedad, lo acertada que estaba. Ni sé quién eres.

viernes, 20 de mayo de 2011

Dejé que mi ave volara

Ha pasado mucho tiempo. Siempre he sabido qué hacer, siempre hay una manera.

Ella solía hacerme sentir bien, la superior, tenía todo para serlo, pero le faltaba lo interesante. De varias personas oía palabras sobre ti, no buenas, diciéndome esto y lo otro ¿y a mí qué me importaban las opiniones? a mí lo único que me llevaba era el sentimiento, (lo que tú no tienes, lo tiene ella, y precisamente lo que te falta, es lo más hermoso de ella).

He llevado una escala de valoraciones, qué difícil es el causar, el mover algo para transformarlo en emoción y luego en sentimiento. Fuiste la única que causó en mí, no hubo más, ninguna persona más por muy "lindo(a) que fuese. Lo lindo para mí tiene que ver con el todo, de adentro hacia fuera y no de afuera hacia dentro. Viste. 

No soy con todos, yo soy solamente contigo, porque tú me dejaste ser, porque tú dejaste que fuera tal cual, una insoportable, una desagradable sencilla y detallista. Me caes bien. Nuestra compatibilidad fue más allá del ser distintas, era una relación mutua, cosas influyentes que resaltan el desacuerdo, el mismo que nos hizo inseparables, cada una era lo que quería tener de la otra, es ahí el querer. La preocupación y la atención fue tu virtud, por otro lado está el cariño y y la confianza, de parte mía contabas con la verdad y la sinceridad. Eramos las mejores, lo sé, no podíamos compararnos con otras relaciones: infieles, proclamas, poco cariñosas, faltas de comunicación, despreocupadas, interesadas, etc., y no de momentos, sino de una constante en el tiempo. Siempre fuimos tú y yo, quizá ese fue el gran problema.
Nos equivocamos en el privar de las cosas, faltó libertad, esa misma que te quiero dar ahora. No incorporamos la confianza mutua, el miedo te ganó, te venció y con el tiempo a mí también. A veces es bueno terminar las cosas para que un futuro puedan resultar mejores.

Las personas siempre pueden ser mejores, sobre todo cuando conocen sus errores, me creíste perfecta en un momento, cuando era sin que tú vieras, una desgraciada acomplejada por problemas físicos que se volcaban en mi actitud. Trataré de dejar de enseñarte, lo que viví, tú lo vivirás desde hoy, sin que yo esté ahí, es preciso dejarte sola para que conozcas el miedo real y lo puedas vencer adaptándote a otro ambiente que no sea mi hogar. Desde este momento, a diez metros te lanzaré por el cielo mi amor, porque al igual que las aves precoces  debes aprender a volar de tus alas, y no de las mías. 

Estás en libertad mi pajarita y debes saber que de cualquier manera, siempre fuiste y serás la mejor.

Te amo.
                                                                                                  (Vale'ka)

sábado, 7 de mayo de 2011

De menitza'

Cemeteye.

Adei levij grip ig acurt legamine, amare de te ivemago ig de mime favig
menitza fiterio de traman vinedont zevelen minen.

Zo de te falij de menitza'.

viernes, 6 de mayo de 2011

De cuando me cortaron los pies

Quedamos de juntarnos a las nueve y media de la noche en el metro.Quedamos.

Tenía tanto tiempo para caminar, tres horas para estar sola. De principio, después de estudiar, me dio por caminar hasta Avenida Providencia a ver a mi papá (me encanta caminar porque implica pensar, pensar y ver), fue de pasada solo para dejarle mis materiales, después tenía que trabajar. Eran las siete.
Caminé sin cansarme, viendo a personas de pie a cabeza, solo a algunas porque pocas me llaman la atención, llegué al edificio. Fue un hola y nos vemos.

Continué por Avenida Apoquindo, hasta llegar al Cine Tobalaba, pasé a recoger un pedido donde la Engracia. También fue un "hola y nos vemos", eso que tenía mucho tiempo aún. Me quedaban dos horas para juntarme contigo. 

Seguí, seguí caminando y como no tenía más que hacer me obligué a comer por ocio. Pasé al único local más cerca., un Mc Donalds que está frente al metro tobalaba, pedí unas papas fritas gigantes con una pepsi gigante y una ensalada césar (no como carne). Fui al segundo piso y me senté en un rincón frente a la ventana que daba vista a una florería, observé cómo a las mujeres les encanta las flores y las pasan a ver, como si sus "hombres" nunca les regalaran. Había nadie en el local, al rato un papá se sentó con su hija como de tres años, me molestaba su voz porque le preguntaba a cada rato ¿está rico, está rico?, la pobre ni hablaba si es chica y tenía hambre parece (no me gusta cuando preguntan estupideces, más aún cuando son obvias). Luego al lado mío se sentó una universitaria, no sé porque se sentó al lado mío si había tanto espacio. Comí lento para tratar de disminuir el tiempo que quedaba, vi la hora y eran las ocho y cuarto.

Terminé, eran las ocho y media.

Qué mierda iba hacer ahora, una hora más, no me quedaba otra que ir al lugar de encuentro y esperarte ahí, pero antes de entrar me fumé dos cigarros. Tenía frío como siempre.

El metro, ahí era, en el cambio de andén de Príncipe de Gales. Saqué mi mp4 y escuché hueás todo el rato. Lo apagué. En el cambio de andén había casi nadie, solo se llenaba cuando paraba el metro subterráneo y la gente se dirigía a la salida, toda apuraba, no me explico el apuro a esa hora de la noche, porque eran las nueve casi. Vacío quedaba todo el espacio y yo ahí como tonta, el guardia me miraba a ratos, como pensando que estaba esperando a alguien y que me habían dejado plantada, pero no. Miré a casi toda la gente que salía rápido, se llenaba y vaciaba, se llenaba y vaciaba, y así. Eran las nueve y media.

No llegaste a la hora, maldita seas, me provoca un vacío dentro y estoy sola, estar sola si te dije que me da miedo. No me quedaba más que esperarte y dejar pasar el tiempo como si no lo estuviera pensando. Tendrías que venir desde Vicente Valdés hacia dirección Tobalaba, veía todos los metros que se estacionaban, pero nadie como tú bajaba. Me resigné a seguir esperando, como nunca me haz fallado. 

Un cuarto para las diez, me di vuelta a mirar el trencito del metro, yo estaba justo arriba, opuesta, en direcciones contrarias, el metro pasaba por debajo mío y me di cuenta lo que se experimenta cuando sucede tal momento. Ahí en Príncipe de Gales me cortaron los pies, el metro fue, yo en el primer piso y él en el subterráneo, pasaba por debajo de mí a la velocidad habitual , sentí que me violaba y era tan extraño, porque sentí que me tocó y que me pasó por toda. La sensación de sentirse cortada, de mirar hacia abajo para ver cómo ese gran pedazo de lata te pasa a llevar y te come la carne, tan rápido era, como un hombre cuando tiene deseos de penetrar y satisfacer su necesidad  ínfima que no dura más que el paso del tren.

Llegaste.