lunes, 27 de junio de 2011

Creo que es.

Desde ayer, Lunes, no logro equilibrar, no concibo el ideal de mi idea.

Te necesito, desde ayer, te he amado, desde siempre.

En mi cama arranco las sábanas como si el volumen de tu cuerpo apareciese, no es más que mi idea redundante de tenerte a cada paso y recorrido de mis deseos estúpidos. No eres tú, soy yo repetía Teodoro, soy yo, soy yo , es la locura, maldita mía. Te recuerdo como si los días no hubiesen pasado, como si la noche perdurará en el corazón de esta pobre anciana, no me dejas dormir, cantan tus gemido aún, aún en mí. 

Bien, en la memoria fluctúan las alusiones más destacadas de esta efímera relación. Mira que enredo, mientras pienso que te diviertes estoy aquí yo tirada, en mi cama ya te lo dije, haciendo una evocación de lo que hacíamos, no sé si llamarle amor. He sacado una conclusión, mira que soy vana. No se puede, es simple, no se puede hacer el amor, porque el amor perdura, si lo haces ¿de qué manera termina, así, derrepente? se vuelve a hacer me dijiste. Y termina y se vuelve a hacer.

¿Por qué son tan triviales?, no me siento anexa, solo que, ustedes son comunes, común en el sentido de lo orgánico, de los pensamientos naturales que dice que les pertenecen a la naturaleza, ya sabes, eso del hombre y la mujer. Comprendí en cierto minuto haber tenido la razón, mira otra conclusión: el hombre no hace el amor con la mujer, es deseo, a casi todas las mujeres les gusta el pico, y cuando sienten que van a terminar en la cama con su hombre, lo único que tienen en la mente es el pico. ¿Ahora ves por qué me siento diferente, anexa? porque cuando estaba yo en esa situación, lo único que pensaba era en amarte, ni siquiera en tocarte más, pensaba en los recuerdos de los dos, mientras me besabas pensaba cuando te conocí, cuando me tomaste la mano por primera vez y me llevaste al lago, me ahogué y me rescataste; pensé en la maravillosa persona que eras. Amor, ¿amor?, bueno sí, creo que puede serlo, no me gusta tu genital, solo me divertía con él. Eso es, diversión, anhelo, deseo, pero ¿amor?, mejor no, llamemos-le como te dije.

Desde ayer no puedo olvidarte, me haces sentir la peor, porque me haces desearte, y sé que no es amor, creo que es... sufrimiento.


Lo siento mucho.


Por Mar y Virginia.

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